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Relaciones Diplomaticas entre Colombia y Canadá

Las relaciones diplomáticas entre Colombia y Canadá se formalizaron con el establecimiento de las respectivas misiones y la designación de Embajadores.

Por Colombia se designó al doctor Carlos Martínez Aparicio, mediante decreto 1956 de 1953 y la presentación de cartas credenciales se efectuó el 21 de octubre de este mismo año.

El señor Edmond Turcotte, fue el primer Embajador canadiense en Colombia, donde permaneció hasta el 16 de octubre de 1955.

Las relaciones desde entonces han sido cordiales aunque no particularmente intensas durante los primeros años. Realmente un mayor acercamiento se produce apenas hasta 1968, luego de la importante visita que realizó la delegación canadiense presidida por el Secretario de Estado para Relaciones Exteriores, señor D. Mitchell Sharp, acompañado por los ministros de Industria y Comercio, Jean Luc Pepin; el ministro de Minas y Energía, J.J. Greene; el Secretario de Estado, Gérard Pelletier; y el ministro sin cartera, Otto Lang. Los ministros fueron acompañados por funcionarios del Departamento de Asuntos Exteriores, del Departamento de Industrias y Comercio, y del Departamento de la Secretaría de Estado, así como de representantes de la Agencia Canadiense para el Desarrollo Internacional, la Corporación de Crédito a la Exportación (EDC), el Canada Council, la Galería Nacional de Arte, la Junta Cinematográfica Nacional y la Canadian Broadcasting Corporation.

Con Colombia existía ya un pequeño programa entre el Icetex y la Asociación de Universidades y Colegios de Canadá (AUCC), que facilitaba estudios de posgrado a estudiantes colombianos en universidades del Canadá.

La Agencia Canadiense para el Desarrollo Internacional había concedido, para la época, importantes créditos al Departamento Nacional de Planeación para adelantar estudios de factibilidad de diversos proyectos, y para la construcción de la hidroeléctrica del Alto Anchicayá, así como en otros distintos sectores.

Igualmente los voluntarios del Canadian University Services Overseas (CUSO), colaboraban en diferentes actividades como trabajadores sociales, enfermeros y profesores.

Como resultado de la misión, se llegó a un acuerdo con Colombia para negociar un nuevo tratado que regulara las relaciones económicas y comerciales, que hasta ese entonces se regían por un antiguo acuerdo celebrado con la Gran Bretaña.

El importante informe presentado por esta misión dio lugar a la formulación de nuevas políticas frente a Latinoamérica, que posteriormente fueron expresadas en el documento titulado "Foreign Policy for canadians: Latin America", publicado en 1970 por el Departamento de Asuntos Exteriores de Canadá.

Se iniciaría así una nueva etapa en las relaciones con el establecimiento de una estructura diplomática y comercial que pretendía estrechar y diversificar los nexos con los países al sur de los Estados Unidos.

En enero de 1977 se realizó la visita de una nueva misión canadiense a tres países de América Latina, entre ellos Colombia.

Estaba presidida por el entonces ministro de Asuntos Exteriores, Don Jamieson, y su principal propósito era el de estrechar los vínculos políticos, económicos y comerciales con estas.

Durante los cuatro días que permaneció en Bogotá, el ministro Jamieson firmó tres acuerdos de cooperación técnica y científica y ratificó un acuerdo comercial. Este acuerdo le otorgaba a Colombia la condición de nación más favorecida en relación con las preferencias arancelarias canadienses. Se incluía en este acuerdo el propósito de invertir cuatro y medio millones de dólares en las industrias pesqueras y en desarrollo rural. También se firmó una carta de intención para el préstamo de cinco millones de dólares, con plazo de treinta años, para financiar pequeñas y medianas empresas mineras y para proyectos de reforestación.

El acuerdo comercial mencionado estimuló de manera muy importante la relación bilateral, produciendo como efecto inmediato un aumento del 90 por ciento en las exportaciones canadienses hacia Colombia en 1980. La cifra total de exportaciones canadienses llegó durante este año a los 185 millones de dólares. A la vez, el 50 por ciento del café consumido en Canadá se importaba de Colombia. Las exportaciones colombianas para este año totalizaron 101 millones de dólares.

La cooperación técnica a través de la Agencia Canadiense para el Desarrollo Internacional sumaba en este año 8.3 millones de dólares y era una de las más significativas en América Latina. Aparte del apoyo institucional, la ACDI desarrollaba un número importante de proyectos rurales y colaboraba con asociaciones no gubernamentales en programas de tipo social.

Otra importante agencia canadiense, el Centro de Investigación para el Desarrollo Internacional (IDRC), tenía localizada su oficina regional en Bogotá y colaboraba en muy importantes proyectos de investigación. Hoy, su oficina regional se encuentra en Montevideo, y continúa prestando invaluables servicios a Colombia especialmente en investigación científica, agraria y medioambiental.

En el año de 1983, tuvo lugar la visita del ministro de Asuntos Exteriores, señor Jean Luc Pepin, quien había formado parte de la misión canadiense realizada en 1968, en ese entonces en su calidad de ministro de Industria y Comercio.

Con motivo de esta nueva visita durante el gobierno de Belisario Betancur, se suscribió un acuerdo administrativo para el proyecto denominado "Apoyo Integral al Desarrollo Artesanal en Sectores Marginados", que debía ser ejecutado por la empresa estatal Artesanías de Colombia.

Durante el resto de la década se daría una intensa relación entre Colombia y Canadá con motivo del proceso de paz en Centroamérica y de los esfuerzos que realizaron dentro de los propósitos de Contadora y de Esquipulas.

El Ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, doctor Rodrigo Lloreda, llevó a cabo una visita a Canadá en 1984, con el propósito de sostener conversaciones con su homólogo Allan J. Mac Eachen, y agradecer a la vez los esfuerzos de Canadá y del gobierno de Pierre Elliot Trudeau, frente al proceso de paz centroamericano y las gestiones del Grupo de Contadora y del Grupo de Apoyo.

Dos meses después de la visita del canciller colombiano, sería el ministro canadiense quien visitaría Bogotá para reiterar su voluntad de cooperación en el área de la seguridad continental.

Canadá, al igual que Colombia, encontraba que la causa principal del conflicto centroamericano era la situación social y económica de la región y no la confrontación ideológica. Por este motivo se acogió la solución negociada que promoviera la paz a través de la diplomacia multilateral.

Canadá expresó su apoyo a las gestiones del Grupo de Contadora mediante el aporte de cien millones de dólares canadienses para ayudar al desarrollo y la reconstrucción de la región, e integró la misión conjunta ONU-OEA que haría la supervisión de los acuerdos de paz.

En 1984, el gobierno conservador de Brian Mulroney, que sucedió al de Pierre Elliot Trudeau, daría una prelación a los intereses con Estados Unidos y, en especial, a las negociaciones que llevaron a la suscripción del Tratado de Libre Comercio bilateral. Su canciller, Joe Clark, mantuvo un señalado interés por los asuntos latinoamericanos e influyó de manera considerable para lograr el ingreso de Canadá a la OEA en 1990.

A partir de entonces, las relaciones de Canadá con Colombia y con el resto de América Latina tendrían un notable desarrollo.

En el mes de abril de 1992, la ministra de Relaciones Exteriores, Noemí Sanín de Rubio, realizó una visita a Canadá durante la cual se trataron importantes aspectos de la relación bilateral y se suscribió un memorando de entendimiento para la creación de la Comisión Mixta de Inversión y Comercio.

En 1995, la viceministra canadiense para América Latina y el Caribe, Kathryn McCallion, visitó a Bogotá, y como resultado de las reuniones de trabajo se creó el mecanismo bilateral de Consultas Políticas a Alto Nivel, similar al que existe con otros países de la región.

En desarrollo de este mecanismo, la viceministra de América y Soberanía Territorial, doctora Clemencia Forero Ucrós, realizó una visita a Ottawa en octubre de 1996. En aquella oportunidad se analizó con detenimiento la relación bilateral, al igual que importantes temas de la agenda multilateral. Los principales temas tratados fueron los relativos a derechos humanos, extradición, acción multilateral contra las drogas, reformas a la ONU y el proceso de privatizaciones de Colombia, así como las conversaciones entre Mercosur y la Comunidad Andina.

Con anterioridad a la visita de la Viceministra Forero Ucrós, se había celebrado la Segunda Reunión Ministerial de Comercio en marzo de 1996, en Cartagena. A dicha reunión concurrió el ministro de Comercio de Canadá, señor Arthur Eggleton, acompañado por un importante grupo de empresarios interesados en explorar oportunidades de inversión y de comercio. De allí surgieron importantes posibilidades de contratos en los sectores de energía, telecomunicaciones y transporte.

Dado el interés que despertó en Colombia la posibilidad de importantes negocios en estas áreas, se llevó a cabo una visita viceministerial a comienzos de 1997, integrada por los viceministros de Comunicaciones, Desarrollo y Comercio Exterior.

Para esta fecha, el comercio bilateral había llegado a la cantidad de ochocientos diez millones de dólares anuales.

La visita de la ministra de Relaciones Exteriores, María Emma Mejía, y del ministro de Comercio Exterior, Carlos Ronderos, en octubre de 1997, sería la última efectuada por altos funcionarios del Estado colombiano hasta la fecha de elaboración de este trabajo. Durante esta última visita se trataron aspectos especialmente importantes de la relación bilateral, tanto en el campo político, como en el económico y comercial. Vale la pena destacar la reunión que sostuvo la ministra de Relaciones Exteriores con el ministro de Asuntos Extranjeros, señor Lloyd Axworthy y la reunión del ministro de Comercio Exterior con su homólogo, señor Sergio Marchi, quien demostró especial interés por el comercio bilateral y por el desarrollo del proceso de integración regional y hemisférico.

La ministra Mejía igualmente sostuvo una reunión con las principales organizaciones no gubernamentales relacionadas con la protección y promoción de los derechos humanos, en la sede de la Fundación Canadiense para las Américas.

Finalmente, en el transcurso del año se realizaron varias visitas de altos funcionarios de la Cancillería canadiense a Bogotá, y en especial tres visitas consecutivas del Secretario de Estado para América Latina y Africa, señor David Kilgour, quien ofreció una contribución canadiense de un millón de dólares para ayuda humanitaria.